“¡Qué lindo que
es el fútbol pibeee!” como dice mi colega Pablo Stecco, periodista deportivo de
ESPN. Qué mejor manera de empezar a coquetearle a este deporte que citando la
frase célebre de uno de los periodistas deportivos más reconocidos en el medio.
Y es que entonándola justo como hace su creador, con acento argentino, que
mejor logro desbordar mi emoción por el deporte más bello del mundo, el fútbol.
Hay muchas maneras
de echarle piropos al deporte rey, tantas que las damas estarían celosas. Los
goles, la táctica, los equipos, los colores, las hinchadas y los firuletes son
atributos de esta musa que todo hombre quiere alabar. Lo preciso que puede
llegar a ser una mujer con un consejo, se quedaría corto con los pases milimétricos
que daba Riquelme. La clase de Pirlo es envidiada en el palacio de Buckingham
por la mismísima reina Isabel. Dicen que las mujeres son muy organizadas con
sus labores, pero jamás igualarían las rutinas tan elaboradas de Pep. El amor
hacia las mujeres es bastante fuerte, pero nunca tan poderoso como el de los
hinchas del Dortmund por su equipo, ese sí que es el amor verdadero. Nada se
compara a un beso de una chica, excepto ver a tu equipo levantar la orejona de
la Champions.